¿Niños hiperactivos o simplemente niños?
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Artículo de Berna Iskandar
Hace poco, circulaba en Facebook una frase que viene a recordarnos lo que entraña la esencia del niño. Decía algo así como: “Si quieres un niño que se porte bien, que no llore, que no haga ruido, que no moleste, que noooo… entonces cómprate un muñeco. Los niños lloran, juegan, aman, saltan, exploran, rompen y todo eso porque están aprendiendo a conocer el mundo. Lo hacen porque son niños, no lo hacen para molestar, ni tampoco para probar tu paciencia”. Yo agregaría que tampoco porque padezcan trastornos psiquiátricos, sino porque son simplemente niños.
Desearía que lo de comprarse un muñeco fuera la opción para personas indispuestas a sobrellevar la naturaleza movediza e inquieta propia de los pequeños. Sin embargo, algo que se hace muchas veces, es diagnosticar trastornos psiquiátricos tales como Déficit de Atención con Hiperactividad (ADHD) entre otras patologías que cada día aumentan un muy cuestionable listado de enfermedades psiquiátricas. Pero más cuestionable todavía, es la práctica de medicar con drogas peligrosas y dañinas como si estas fueran el famoso botoncito de apagado, que muchos padres y maestros hubieran querido que los pequeños trajeran de nacimiento.

El psicólogo Ramón Soler, experto en crianza y director de la revista Mente Libre, me expresaba en una entrevista, que las terapias centradas sólo en el niño son como poner un parche. “La solución se consigue trabajando con toda la familia”, explicaba. Y agregó que incluso, “la mayoría de las veces, únicamente trabajando con los padres, la mejoría del niño sucede automáticamente”. Pero los padres no quieren acudir a terapia. Están demasiado centrados en buscar un diagnóstico para el niño. Si además la industria farmacéutica nos pone al alcance el famoso “botón de apagado” en forma de drogas psiquiátricas, tenemos que los elementos están servidos para seguir emplazando nuestras propias sombras hacia los más indefensos y vulnerables.
Es así como derivamos en este orden patas arriba que produce crecientes diagnósticos de déficit de atención en los niños, cuando el problema real, es el déficit de atención de los adultos hacia los niños.
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http://youtu.be/P_X500l2rhQ