Entrevista al presidente de la federación de AMPAS

http://www.diariosur.es/v/20130909/marbella/conflicto-escolar-marbella-esta-20130909.HTML
Javier de Luis Presidente Fapa-Mainake
 
A punto de que el próximo martes comiencen las clases 13.501 alumnos de Infantil y Primaria en Marbella, el presidente de la federación de Ampas que existe en el municipio analiza el panorama al que se enfrentan las familias en el nuevo curso 2013-2014. Javier de Luis, máximo representante de Fapa-Mainake, que aglutina a 22 asociaciones de padres y madres de alumnos, pide responsabilidad al Ayuntamiento y a la Junta, a los que acusa de tratarse «a cuchillo», y más inversión para la red de centros escolares. De Luis subraya que volverá a ser un curso complicado, marcado por la falta de recursos y la ubicación de las plazas, en ocasiones situadas a varios kilómetros de distancia de la residencia de los alumnos.
 
-¿Cuáles son las dificultades con las que arrancará el curso escolar?
 
-Creo que las familias en general se van a encontrar con muchísima incertidumbre. Hasta ahora esa incertidumbre se cifraba en si había o no plaza cerca de sus residencias, pero a ello le hemos añadido este año un nuevo conflicto un poco más perverso: La falta de recursos que van a sufrir los colegios por mor de los recortes y la crisis.
 
-¿De qué manera se hará visible este enemigo?
 
-Sobre todo en una plantilla de profesorado mermada. Además, los que tendremos estarán más enfadados por los recortes de derechos y sueldos que están sufriendo. Las familias echarán en falta los recursos que les daban los centros hasta ahora dentro de las propias horas lectivas y que se van a ver muy mermados, primero por la falta de recursos, pero también por la actitud de los docentes que se dan cuenta de que no pueden, aunque quieran, cumplir esos calendarios de actividades complementarias. Con lo cual yo creo que al problema de la eterna pelea entre Junta y Ayuntamiento por la construcción de colegios e institutos, hemos añadido nuevos conceptos: los recortes y la crisis.
 
-¿Cuántos centros harían falta para cubrir la demanda de Marbella?
 
-La demanda de nueva plaza escolar nos indica que sería muy necesario un instituto más en San Pedro Alcántara. Los que hay están muy castigados y a duras penas soportan la población de alumnos que tienen. En Marbella con la nueva construcción del colegio Vargas Llosa parece que se resuelve lo urgente, pero no lo necesario. Es decir, el problema de unas familias que veían como sus hijos daban clase en unas prefabricadas. No obstante, el conflicto de las plazas en Marbella no son solo está determinado por el número, sino por la ubicación de éstas. Sigue sin construirse un colegio en la zona de Bello Horizonte, a pesar de que es una vieja reivindicación, y es verdad que los alumnos tienen plaza, puede que muchos de ellos vayan a ese nuevo colegio que está en Huerta del Prado, junto a Portillo, pero el colegio sigue estando a varios kilómetros de sus residencias. Es decir, seguimos teniendo el conflicto de la distancia porque los centros hay que hacerlos donde están los niños. De hecho, cada vez se pone más en evidencia la necesidad de acometer una ampliación en el instituto Dunas de Las Chapas, para evitar que todos los alumnos que terminan ahí la Secundaria e inician el Bachiller tengan que coger carretera para venir a Marbella.
 
-¿Con las infraestructuras que ha citado se aplacarían las necesidades del municipio?
 
-Con el instituto en San Pedro, la ampliación del instituto Dunas de Las Chapas y la construcción de un nuevo colegio en una zona intermedia de Marbella, que sería Río Real, a lo mejor resolveríamos los conflictos más urgentes del mapa escolar, pero sigue habiendo otras muchas necesidades.
 
-¿La antigüedad de los centros es el otro gran problema?
 
-Creo que el concepto de colegio antiguo-colegio malo es un error. Hay colegios que son muy antiguos y que ofrecen una educación excelente porque los docentes han sabido mimar el centro y la relación con sus alumnos. Los colegios no se renuevan cada 20 años, ahí está la media de muchos pueblos de Andalucía e incluso de localidades próximas. El problema reside en que la Junta y el Ayuntamiento siguen todavía a cuchillo intentando acusarse mutuamente de los vicios y defectos que tienen unos y otros. El Ayuntamiento habla de que ha invertido 500.000 euros en mejoras en colegios y que tiene a una plantilla desde julio de cien operarios resolviendo los problemas que tienen los colegios y todos los años critica que los centros son muy viejos, mientras la Junta de Andalucía nos habla de un millón de euros... Aún ni sumando ambos importes es dinero suficiente.
 
-Es frecuente que Junta y Ayuntamiento se enfrenten por las competencias de arreglos y obras en los centros...
 
- No puede ser que a estas alturas no esté debidamente aclarado cuáles son las competencias de los ayuntamientos en la conservación, vigilancia y mantenimiento de los centros y cuáles son las de la Junta de Andalucía. Se tiene que acabar esa ambigüedad por la que el Ayuntamiento dice que si son obras estructurales le competen a la Junta ejecutarlas, mientras la Junta aduce que el Consistorio invierte muy poco y por tanto las infraestructuras se deterioran antes. Lo cierto es que ni el dinero que dice el Ayuntamiento ni la Junta de Andalucía que se invierte en los centros se invierte de verdad, aún siendo poco el que invierten.
 
-¿Qué retos se plantea Fampa-Mainake en el nuevo curso?
 
-Lo tenemos complicado porque no solo nos enfrentamos a los recortes, sino a las familias que tienen problemas y que se dirigen a las Ampas incluso a pedir dinero para comprar leche. La aprobación de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) prevista para octubre nos lo pone difícil. Los representantes de los padres teníamos voz y voto en los consejos escolares ahora podemos hablar, pero no votar, por lo tanto, si antes teníamos poco poder de decisión ahora lo hemos perdido definitivamente.
 
-¿Entonces las Ampas han perdido su razón de ser?
 
-Ahora es más necesario que nunca aumentar la fuerza del Ampa y que ésta intervenga y fuerce a que los centros y los políticos tomen decisiones concretas. Ante los recortes y la crisis hay mucha más obligación del padre de intervenir, aunque no tenga la posibilidad legal de participar, porque allí donde no llega la ley llega el acuerdo entre las partes.

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